Son muy parecidos, pero no son lo mismo. La mozzarella y la burrata son dos quesos italianos que suelen ser confundidos por sus semejanzas (sobre todo exteriores), pero ni es el mismo tipo de queso ni uno es una variedad del otro.
Comparten forma y origen, ambos son italianos, también ambos pueden estar elaborados con leche de vaca o de búfala, ambos son quesos frescos de pasta hilada, pero hay muchas diferencias que los identifican. En este post te aclararemos sus diferencias, para que nunca vuelvas a confundirlos.
- El nombre de burrata proviene de una de sus principales características: la textura cremosa y suave que recuerda a la de la mantequilla, “burro” en italiano.
- De hecho, la diferencia más visible es que cuando se abren ambos quesos. La burrata es mucho más cremosa, a veces incluso líquida (porque se le ha añadido nata, o leche straciatella), mientras que la mozzarella suele ser un queso compacto y homogéneo (se puede cortar fácilmente en rodajas o dados).
- La burrata nutricionalmente es un queso más graso (contiene unos 20 gramos de grasa por cada 100 gramos de producto), mientras que la mozzarella presenta niveles más bajos (en torno a los 13 gramos de grasa por cada 100 gramos). Por lo que la burrata es algo más calórica.
- Aunque ambos son quesos italianos, provienen de diferentes regiones geográficas. La mozzarella está elaborada en la región de Campania, mientras que la burrata es originaria de la región oriental de Apulia.
- En cuanto a la forma de su preparación o presentación, cabe destacar que aunque ambos suelen presentarse en forma de bola o saquito, la mozzarella puede ofrecerse en múltiples formatos como en bolas de 6 a 12 cm, trenzas “treccia”, bloques rectangulares, rodajas, o en pequeños trozos redondos “bocconcini”.
- La burrata al ser tan cremosa y con más sabor, apenas necesita acompañamientos. Un poco de aceite de oliva virgen extra, unas escamas de sal, y listo. Mientras que la mozzarella es un producto de sabor más neutro y es perfecta para las ensaladas, la pasta, o como base de la pizza, la coca o bocadillos fríos y calientes.
- La temperatura óptima para consumir la burrata es la del ambiente, nunca demasiado fría, mientras que la mozzarella puede consumirse bien fría aportando frescor a múltiples combinaciones con vegetales.
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