Acaba el Carnaval y llega la Cuaresma. Cada año, durante 40 días previos a Semana Santa, vivimos este periodo que tradicionalmente se ha vivido muy intensamente en la cocina. Son tradiciones que, a pesar del paso del tiempo, a pesar de las nuevas tendencias y modernidades, siguen dejando resquicios. Buen ejemplo de ello, el gusto por preparar y saborear ciertos productos gastronómicos, entre ellos, el bacalao, el rey de la Cuaresma.
Origen de la Vieja Cuaresma
Antes de entrar en la cocina, busquemos el origen de esta tradición. La práctica de la Cuaresma data del S. IV, cuando la Iglesia instaura un tiempo de penitencia y de renovación, con el ejercicio del ayuno y de la abstinencia de ingesta de carne. El hecho de que dure 40 días, simboliza la prueba por la que pasó Jesús al permanecer durante 40 días en el desierto de Judea. También simbolizan los 40 días que duró el diluvio universal, además de los 40 años de la marcha del pueblo israelita por el desierto, y las 40 décadas que duró la esclavitud de los hebreos en Egipto.
Tradicionalmente, la Cuaresma se representa como una viejita con cara agria, siete piernas (a veces, siete arenques), un bacalao en una mano y un cesto lleno de verduras en la otra. Está muy representada en la imaginería popular impresa y tiene una función de calendario: por medio de las piernas -o arenques- nos lleva a Semana Santa (40 días, 7 semanas).
Los productos que lleva en las manos nos dan muchas pistas de la gastronomía de estas semanas “de penitencia”, en especial ese bacalao que agarra con fuerza.
Y es que, el bacalao es “el rey de la Cuaresma”.
El bacalao en la cocina de Cuaresma
Antaño, cuando todos seguían más las tradiciones eclesiásticas, se llevaba al extremo la recomendación de ayuno y la prohibición de carne. Por ello cuando se comía, se tenía que comer productos calóricos (de ahí la abundancia de postres de Cuaresma, como los buñuelos), y contundentes (como los garbanzos). Pero ¿por qué era el bacalao el pescado estrella?
Porque antes era complicado llevar pescado fresco a todas partes, y era el bacalao salado el que se podía consumir con facilidad. Eso lo ha convertido en un alimento muy arraigado en nuestra cocina y también se ha vuelto muy versátil.
en el recetario catalán, por ejemplo, el bacalao inunda el recetario de la Cuaresma con platos como el bacalao con pisto, a la llauna, a la muselina de ajo, con pimiento y tomate, a la catalana (con frutos secos), con garbanzos y espinacas, en buñuelos y croquetas, en brandada o “esqueixat”.
Bacalao Carpier
A nosotros, en MAS Food Lovers, también nos encanta el bacalao, el de Carpier. Un bacalao marinado o ahumado perfecto para degustar solo o acompañando platos fríos. Porque unos taquitos de bacalao Carpier con escarola, tomatitos cherry, olivas negras y anchoas es un plato perfecto, una interpretación del típico “xató” que puede hacer las delicias de grandes y pequeños.
Estos días de Cuaresma, y los 365 días del año, no lo dudes, elige bacalao Carpier. Disponible en nuestras tiendas físicas y también online.